El desarrollo de esta disciplina nació del encuentro entre la escalada y la danza en los años 1970-80.
Los principios fundamentales de la danza vertical se basan en uno de los elementos técnicos esenciales: el arnés. También las cuerdas, los elementos de seguridad, de anclaje y el material de escalada permiten su desarrollo, su expresión y su estilo.
La danza vertical tiene la posibilidad de presentarse en un teatro, pero también en todos los espacios públicos y ambientes adaptados, lo que le permite a veces mezclarse con otras artes como el circo, la videoproyección, la música en directo, la pintura, la literatura…
Invita a encontrar nuevas percepciones, imágenes y sensaciones del mundo que nos rodea, porque tiene la particularidad de ofrecer a su público, a través de sus representaciones, una nueva relación con el espacio y los volúmenes urbanos o naturales donde se practica. La danza vertical crea encuentros entre la gente y los espacios donde la danza no está habitualmente tan presente.
Esa disciplina requiere el control del cuerpo y conciencia del espacio donde está siendo practicada. El principio del dejar ir es una adquisición importante para aprender esa danza en los distintos espacios aéreos, ya que los puntos de referencia habituales están completamente al revés. El encuentro con la escena en altura ubica al bailarín en un espacio desconocido y vertiginoso, un desafío a la gravedad que debe ser explorado y adaptado.
Los espacios donde se practica pueden ser aprovechados de forma tridimensional : abajo y arriba, horizontalidad y verticalidad, lo cercano y lo lejano o la superficie y el vacío son distintos factores que ponen al bailarín en confrontación directa con los compañeros de los juegos artísticos. La experiencia de aprender los espacios en todas sus dimensiones permiten jugar sobre otra espacialidad ofreciendo la sensación de romper con las reglas de la gravedad.
El arnés, herramienta central de esa práctica, ofrece nuevas posibilidades y limitaciones en relación a la conciencia del equilibrio, a los puntos de referencia en el espacio o a los soportes y las materias que, combinado con las cuerdas o con los elásticos que sostienen el cuerpo del bailarín a la estructura, crean nuevas formas de porte, de suspensión, de volúmenes y figuras.
El rol que ejercen los apoyos en la danza vertical es especialmente importante para la práctica porque rompe con el vínculo que tenemos con la gravedad y con la presión atmosférica que sostenemos. Esa adaptación es necesaria para
re-aprender y entender el espacio, la temporalidad, la relación con el otro con la energía en esa danza.
De forma más precisa, la danza vertical impone un nuevo soporte, un nuevo asiento dinámico con el uso del arnés. Es muy importante el papel de la pelvis para dejar libre y móvil la columna vertebral y permitir así al cuerpo encontrar su alineamiento. Las cinturas abdominal y escapular son entonces muy requeridas porque la pelvis se convierte en un soporte de apoyo tan importante como los pies cuando estamos de pie sobre el suelo. Tanto la sensación del centro de gravedad, como el peso de nuestro cuerpo, son modificados de la misma forma que nuestra manera de desplazarnos.
Esa disciplina abre una relación real y completamente nueva al espacio y al ambiente porque permite bailar y expandir su cuerpo en todas las direcciones y sobre todos los planos.
El aprendizaje de esa disciplina no tiene requisitos, pero es importante conocer un mínimo el cuerpo y sus posibilidades porque es físicamente comprometedora. Requiere también una atención mental importante para vigilar su propia seguridad y las de sus compañeros. Puede ser practicada a pequeña o gran altura, sobre una superficie vertical, en medio de una escena como si estuviéramos sentados en el vacío o suspendida por una cuerda o también por elásticos, permitiendo movimientos en el espacio muy distintos. Múltiples posibilidades son accesibles y no dejan de aparecer nuevas gracias al espíritu ingenioso de los artistas que lo exploran y simultáneamente enriquecen su diversidad.
Si os gusta bailar y habéis soñado con volar, entonces la danza vertical os regalará la posibilidad de explorar un nuevo universo donde las nuevas experiencias del cuerpo en movimiento os permitirá recopilar nuevas sensaciones aún desconocidas.
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